Conclusiones de una derrota "traumática"


Fuente: Osasuna.es



Llegó la segunda derrota de la temporada y lo hizo de manera traumática por varios motivos: ya casi se nos había olvidado qué era perder, lo hicimos en casa y dando una muy mala imagen. Esta derrota, unida a la actuación del equipo en las últimas jornadas, ha provocado una importante cantidad de críticas tanto a jugadores como a entrenador. Y, como no puede ser de otra manera, junto a las críticas han saltado los defensores más acérrimos de equipo y entrenador. De nuevo, volvemos al tema de blancos y negros que ya comenté la semana pasada y, nuevamente, la situación es más gris que otra cosa.

Es importante tener en cuenta que el mayor responsable de la derrota de ayer fue Diego Martínez. Su planteamiento, con tres delanteros en el césped y Sebas Coris ocupando el lateral derecho, condenó al equipo. Y no sólo por esas elecciones, sino porque su lectura del encuentro fue errónea, cosa sorprendente en él viendo su historial estas jornadas. Aunque haya a quien le parezca curioso, se puede criticar Diego y considerar que es un buen entrenador. Cada cual, obviamente, tiene su opinión al respecto. La mía es la de que es un muy buen entrenador, probablemente llamado a entrenar en Primera. Pero también tiene fallos, errores por los que es totalmente legítimo criticarle.

El más preocupante, para mí, es la falta de confianza en el fondo de armario de la plantilla. Mucho hablamos de que Diego ha logrado armar un bloque competitivo, rocoso y muy difícil de batir. Y es cierto, pero también lo es que ese bloque se limita a los 15-16 jugadores que utiliza el técnico gallego. Hay gente que se encuentra en un ostracismo total. Al margen del hasta hace poco lesionado Tano, Buñuel, Miguel Flaño y Miguel Díaz no han disputado ni un solo minuto, David García sólo ha jugado un minuto, Manu Herrera debutó ayer (aunque su falta de oportunidades es más lógica por ser el portero suplente) y Javier Flaño cuenta con tan sólo un partido completo disputado. Si sumamos a Kike Barja (aunque juega con el Promesas), e incluso a Fausto Tienza que empezó a coger protagonismo con la sanción de Mérida y que ayer se volvió a quedar en la grada, son 9 jugadores relegados a un segundo plano. En una plantilla de 25 miembros (contando a Buñuel y Barja), la cifra es demasiado alta.

Esto llama todavía más la atención cuando vemos, jornada tras jornada, que hay jugadores habituales que no aportan lo suficiente. Sebas Coris y Mateo restan oportunidades a Kike Barja sin aportar prácticamente nada cada vez que juegan, Roberto Torres frena las aspiraciones de Miguel Díaz sin estar al 100% bien por jugar fuera de sitio o porque no está en forma, Oier o Sebas Coris han obstaculizado la oportunidad de ver a Javier Flaño o Aitor Buñuel mientras realizaban malas actuaciones jugando fuera de sitio… Lo más comprensible pueda ser lo de los centrales, ya que es una posición en la que sus ocupantes están realizando actuaciones, por regla general, notables. Incluso en portería, se apostó por dejar a Juan Pérez compitiendo en el Promesas y traer a un veterano como Manu Herrera que, viendo sus actuaciones en Copa y ayer, resulta difícil pensar que el canterano lo hubiese hecho peor.

Queda claro que el profesional, el que sabe y entiende, es Diego Martínez y que nosotros somos meros aficionados, pero hay cuestiones que son muy complicadas de entender. Se apostó por un proyecto de ascenso inmediato sacrificando a la cantera (aunque se nos vendiera lo contrario), pero cuando alguien no funciona como debiera se deberían buscar alternativas. En mi opinión, Diego es un buen entrenador, estudia al dedillo al rival, sabe leer los partidos como nadie… Pero es extremadamente conformista y cabezón. La línea de las últimas jornadas no muestra a un equipo ambicioso que busca ganar siempre, más bien a un conjunto acomodado que trabaja mucho los partidos para sumar pero no echa ese resto que tanto nos gusta. Otras veces hemos sabido aprovechar la que hemos tenido y no hemos cometido errores atrás. Ayer pasó lo contrario y se notan más las carencias de este equipo. Pese a todo, es obvio que hay que estar, y estamos, encantados y encantadas con la trayectoria de Osasuna, con su clasificación y los puntos obtenidos, pero perder como ayer e incurrir siempre en los mismos errores duele. Si se prueban alternativas y el equipo compite, perder forma parte de este deporte. Si los recambios son siempre los mismos, los que ya hemos visto que no rinden como debieran, enfada.

Este equipo tiene madera para mucho más y hay hasta nueve jugadores esperando su oportunidad con ansia en la sombra. Por el bien del equipo, Diego, dales una oportunidad.

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