Que la música es imperecedera se
sabe, pero no deja de sorprenderme hasta qué punto lo es. Incluso aquellas canciones
que hablan de un acontecimiento concreto y claro, porque muchas veces las cosas
se repiten, o porque si les das la vuelta y cambias dos términos las puedes
usar para otros eventos. Y, por supuesto, lo que más hace que nunca mueran es
la interpretación de la persona oyente, el llevarte un tema a tu terreno. Y a
eso es a lo que voy.
Echaré mano de tres cortes del
grupo navarro Vendetta. Un grupo que ha ido creciendo como la espuma con el
paso del tiempo, y gran parte de culpa la tiene el que suene en El Sadar. Las
fiestas de los pueblos también, porque las fiestas de los pueblos tienen mucha
parte de culpa en cualquier acontecimiento vital, pero sonar en El Sadar te da
prestigio. No nos remontamos muy lejos, nos vamos a 2012, fecha en la que esta
banda lanzó “Fuimos, Somos y Seremos”. Y precisamente son esas tres canciones (“Fuimos”,
“Somos” y “Seremos”) las que utilizaré para enlazar con Osasuna. Lo que Osasuna
fue, lo que es ahora y, por qué no, aventurarme en lo que será en un futuro.
“FUIMOS”
“You, the people, have
the power, the power to create machines, the power to create happiness! You,
the people, have the power to make this life free and beautiful, to make this
life a wonderful adventure. Then in the name of democracy, let us use that power.
Let us all unite. Let us fight for a new world […]”
Con un fragmento del discurso de
Charles Chaplin en la película de 1940 “El gran dictador” arranca “Fuimos”. Y,
descontextualizando las palabras del brillante cómico, casa totalmente con
aquél Osasuna que fue. Los años dorados, en los que los rojillos tenían el
poder, creaban felicidad en su afición y hacían de sus periplos ligueros y
europeos una aventura maravillosa. Luchaban (y me quedo con esa expresión,
luchaban) por un nuevo orden, un orden en el que ellos fuesen considerados como
un conjunto fuerte y capacitado para estar entre los mejores.
También la música da para evocar
aquellos tiempos: alegre, vital, para saltar y disfrutar con cada victoria, con
cada nuevo hito de la historia rojilla. El sólo de bajo me lleva a imaginarme a
Izco, Archanco y compañía saqueando al club sigilosamente en las sombras,
mientras la afición tenía su opio, su ración de buenos resultados que le
llevaba a no plantearse ni discutir nada.
Aunque la canción no tiene letra,
en el libreto aparece una estrofa que también casa, y mucho, con aquél Osasuna:
“Se pone en pie la estaca de quien no se arrodilla
Primeros pasos a un nuevo mundo y el desarrollo en carne viva
Imágenes, recuerdos, gritos sin respuesta y viento sin brisa
La brillante mirada de quien labra la tierra y al horizonte mira”
Los pelos como escarpias. Osasuna
no se arrodillaba ante nadie, competía de tú a tú con todo el mundo, labrando
la tierra, trabajando, con constancia y una mirada brillante de ilusión en sus
ojos y en los de su afición. Aquellos eran los primeros pasos para construir un
nuevo futuro, un nuevo mundo del que ya sólo nos quedan imágenes y recuerdos…
“SOMOS”
Viene la melancolía. Una canción
más lenta, dolorosa y emotiva. Porque estamos en Segunda, porque estamos casi
en la ruina, porque ya no somos lo de antes. Pero al final hay un halo de
esperanza, suben los decibelios para anunciar el renacer, el despertar del
Club, volveremos…
Como en su predecesora, el
libreto también contiene una estrofa que dice lo siguiente:
“Un diamante escondido en cualquier mina
Montañas de pólvora, ríos de lava y el camino hacia la cima
La revolución de los Más, que acecha en cualquier esquina
La esperanza en los ojos de un pueblo que camina”
Sí, tenemos nuestros diamantes en
Tajonar, no tan escondidos frente a las aves de rapiña como a muchos nos
gustaría, pero están ahí. Montañas de pólvora y ríos de lava tendremos que
recorrer para llegar a la cima, a la élite, a ser lo que fuimos. Pero Osasuna
hará su revolución, porque el pueblo rojillo está lleno de esperanza, y porque
caminaremos con ellos. Osasuna nunca está sólo.
“SEREMOS”
Vuelve la alegría y la energía en
este tema. Es un canto a la esperanza, una oda a un futuro mejor. Desde luego
que es arriesgado aventurarse, todo puede pasar durante el trayecto. Pero, como
diría el gran Enrique Martín, va a ser apasionante.
Esto es lo que nos dice su
estrofa oculta:
“Hijos de la lucha, la esperanza y la sonrisa
El recuerdo de un duro camino desde la propia cima
La ilusión de un pueblo en pan de todos convertida
La llama de corazones que siempre ha estado viva”
Poco más se puede añadir. Es la
estrofa más clara, la que necesita menos símiles. Lo seremos, vaya si lo
seremos. Porque somos Osasuna y esto nunca va a morir.
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