Epístola de Sa(n)balza a Canal: enamorado de ti desde que te conocí

Estimado Fran:

Me tomo la libertad de escribirte estas líneas antes de que salgas esta tarde a enfrentarte a “Esa Gente”, como tú los llamas, por mí. No pierdas los nervios, sé correcto y educado. Te van a poner a prueba, Esa Gente siempre lo hace, pero debemos mostrarnos firmes. Debería estar a tu lado, lo sé, pero eres consciente de que soy de lágrima fácil, las cosas me afectan demasiado. Por eso te mando a Alfonsito, que está madurando muy rápido y me saca las castañas del fuego muchas veces. Recuérdale que compre pan para la cena cuando salgáis, se lo he dicho pero a veces se le olvida, demasiadas responsabilidades por mi culpa. O mejor, que lo compre antes, que es posible que se os haga tarde.

Fran, quiero recordarte que te quiero. Sé que lo sabes, pero nunca está de más recordarlo y la verdad es que te lo digo poco. Porque la facilidad de palabra no es una de mis virtudes, prefiero escribir y repasar todo mil veces antes de darlo por bueno. Eso también lo sabes, me conoces demasiado bien y yo a ti también, por mucho que digan las malas lenguas.

¿Recuerdas cómo empezamos? Estoy seguro de que en tu mente está tan nítido como en la mía. Por aquél entonces yo tenía mis escarceos con una mujer, Eva. O, como tú la llamas, “Ella”. Ella es de esas mujeres fuertes, con carácter y poder, que a mí me gustan. Al principio todo iba bien, todo apuntaba a que aquello podría ser serio, una relación bonita y duradera. Éramos felices de verdad, nuestras fotos de la época lo dicen todo:

Iborra [Diario de Navarra]


Pero Ella empezó a marcarme, a atarme en corto: que si enséñame el documento del traspaso de Merino, que si las elecciones a la Federación Navarra de Fútbol no sé qué... Así que, al final, se lo tuve que decir. O me dejaba mi espacio, o yo me ahogaba. Porque a veces hay que poner las cosas sobre la mesa. Y vaya si me dejó espacio, se marchó y ahora anda con mi colega Juanra. No sé exactamente cómo tomármelo, pero hay cosas que me ponen negro:

EITB – Osasuna1920.com



Luego apareció Pedro. “Él” en nuestra intimidad. Tiene virtudes y defectos, como todo el mundo, pero lo peor son los celos. No podía soportar verte pasar tanto tiempo a mi lado, no aguantaba nuestras miradas furtivas, nuestras sonrisas picaronas... Como esta:


Pablo Lasaosa [Navarra.com]
 
Y la verdad, no le faltaba razón, bien lo sabes. Desde el momento en el que ambos firmamos nuestro primer documento juntos y nuestras manos se rozaron de manera fugaz, desde aquél inesperado pero deseado contratiempo no he vuelto a ser el mismo. Me has cambiado la vida, Fran. Me haces ser mejor persona y mejor presidente de lo que nunca había podido soñar. Eres lo primero que pienso cuando me levanto y lo último que queda en mi mente cuando Morfeo me acoge en sus brazos. Llegaste como un maestro, un asesor que venía a enseñarnos a hacer las cosas mejor. Y yo, tu alumno, como si de la canción de “The Police”  se tratase, quedé profundamente enamorado de ti.

Espero que no me sigas echando en cara el despido de Vasi. Llegó hasta donde llegó por deferencia a ti, por lo que hubo entre vosotros. Nunca he sido celoso, ni siquiera cuando te parabas a oler el aroma que desprendía su melenita cada vez que os cruzabais por los pasillos, recordando tiempos pasados. No me tortures más por ello. Hemos pasado (y seguimos pasando) mucho por lo nuestro, por nuestro amor prohibido. Porque aunque lo intentemos llevar en secreto, nuestra conexión es evidente. Por nosotros se han enfrentado dos familias, los Navarreto y los Noticiesco. Los primeros nos defienden a capa y espada, los segundos nos odian. Por nosotros Él y Ella han quedado con el corazón destrozado. Él se venga diciendo que en esta relación eres tú el que toma las decisiones y que, encima, cobras más de lo que dijimos. Pero tú piensa en lo que te digo siempre: ¿cuánto vale el amor? Si no son capaces de entender eso es que no tienen alma...

Y, para colmo, por nosotros está enfrentada “Esa Gente”. Aunque tú los llames así, te recuerdo que son nuestra familia, los miembros más importantes de nuestra familia.

Sonríe, las palabras y la gente pasa, pero las historias perduran.

Fran, se fuerte.

Con amor:


Luis.

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