Fuente: @Sanferminlive |
Hoy La Villavesa Rojilla deja
aparcado, momentáneamente, el universo osasunista para centrarse en el mundo
sanferminero. Y no será por falta de novedades rojillas en este periodo, ni
mucho menos, pero ya serán tratadas más adelante. En este momento resulta
interesante hacer cierto balance de las fiestas, eso sí, desde una perspectiva
de análisis de medios de comunicación.
La pregunta que se me viene a la
mente es ¿por qué? ¿Por qué se ha tratado, y ya es el segundo año, de
criminalizar las fiestas de una manera tan descarada? Y también se me viene una
respuesta a la mente: por puro interés mediático. Las buenas noticias sobre un
evento que a la mayoría del país ni le viene ni le va, no venden. Pero estamos
frente a una fiesta tremendamente mediática y algo hay que rascar de ahí. Sólo queda
ir al morbo. Cualquiera puede comprobar cuántos minutos se han dedicado en
televisión y prensa nacional a los actos positivos y a los negativos. La
balanza se inclina muy peligrosamente hacia los segundos, habiendo sido los
primeros extremadamente más numerosos.
La cuestión no es que se dejen de
tratar los negativos. Las agresiones machistas deben ser erradicadas y los
culpables deben pagar con todo el peso de la ley, no hay discusiones de que es
algo intolerable. El quid se encuentra en cómo se debe de manejar esa
información. Es obligación de los medios de comunicación informar, sensibilizar
y apoyar a las fuerzas del orden en este tema, pero lo que se está haciendo
roza la arcada. La publicación de fotografías de contenido sensible en redes
sociales para ganar el “clic” fácil, la reconstrucción de los hechos en
televisión o el empeño en afirmar, aún a sabiendas de que es falso, que las
fiestas de San Fermín consisten casi exclusivamente en eso, es intolerable y
sólo busca el morbo. Este año hemos llegado al summum, hemos visto cómo un
programa de TV mandaba a una reportera a Pamplona para que comprobara el acoso
en primera persona. Lo único que se puede sentir al ver eso es asco.
Una reseña, una breve noticia
sobre la espectacularmente multitudinaria manifestación contra las agresiones
machistas y vuelta a la criminalización y al morbo. Debería ser algo
denunciable, ya no sólo por falta de ética (no vamos a pedir ética a quien no
la puede tener), si no por faltar a la verdad de una manera tan descarada. El rebaño
de “librepensadores” que dejan que la televisión piense por ellos tiene carnaza
para soltar sus lindezas por Twitter, ese estercolero de pensamiento, sin
molestarse en investigar y comprobar, por su cuenta, qué es de verdad San
Fermín. Si esto pasa con unas simples fiestas, ¿qué no pasará con muchos temas
políticos o sociales? Si nosotros nos indignamos con la manipulación de nuestro
acto festivo, ¿cómo se sentirán otros colectivos machacados día a día por la
prensa nacional? Ojalá esto sirva para que mucha gente abra los ojos con
respecto a multitud de temas.
Podríamos pensar, también, que
esto pueda tener su parte positiva. A más criminalización, menos visitas, menos
aglomeraciones, más confort para la gente de casa. Pero, si le damos la vuelta
y vemos la difusión de imágenes, vídeos y noticias morbosas, también da para
pensar que el turismo que podemos recibir a partir de ahora sea exclusivamente
buscando el vicio. A más turismo del vicio, más morbo, más manipulación y más
audiencia. Curioso, ¿verdad? Todo tiene un por qué.
Por suerte, la creación de la
etiqueta #EstoSíEsSanFermín permite ver, a quien lo desee, los verdaderos aspectos
de la fiesta, lo que de verdad la ha convertido en un evento internacional y
masivo. Todo el mundo queda invitado a entrar y comprobarlo por su cuenta. Todo
el mundo queda invitado a venir y comprobarlo en sus carnes.
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