Fuente: LaLiga |
Rescato del olvido un artículo
que escribí hace casi ya un año, el 28 de agosto de 2016, para Vavel.com. Se
trata de uno de los textos de los que más orgulloso estoy porque, gracias a él, Osasuna contactó conmigo a petición del propio Oier, quien me felicitó y me dio las gracias por el mismo. Por tanto, le tengo un cariño especial y me apetecía
rescatarlo un año después. Lo podéis encontrar, también, en el siguiente enlace. Allá va.
OIER Y 10 MÁS
OPINIÓN| Tras unos inicios en el primer equipo complicados a causa de las lesiones, Oier Sanjurjo se ha convertido en las últimas temporadas en un fijo para los diferentes entrenadores que han pasado por Osasuna. Tanto es así que a lo largo de la temporada pasada Enrique Martín acuñó la frase “Oier y 10 más”.
Si se le pregunta a
cualquier persona a la que no le guste el fútbol quién es Oier Sanjurjo,
responderá cualquier cosa antes que “futbolista”. No tiene un nombre
llamativo como los brasileños o los balcánicos, desde luego. Es más, si en
diciembre de 2007 se hubiese realizado la misma pregunta a algún aficionado
rojillo, la respuesta no hubiese estado muy lejos. Sólo las personas más
asiduas a Tajonar hubieran respondido adecuadamente.
Cuando por aquellas
fechas, y de la mano del Cuco Ziganda, debutó con Osasuna,
Oier era un interior derecho que no destacaba especialmente por encima del
resto. Además, la irrupción de un jugador eléctrico como Jokin Esparza,
fue desplazándole hacia otras posiciones. Así, por aquél entonces ya
hacía sus pinitos como lateral derecho, y hasta de pivote, en el Promesas.
Sin embargo, Ziganda decidió que su debut con el primer equipo, frente
al Mallorca en Copa del Rey, fuese como interior izquierdo. Aquél nuevo
chaval no deslumbró, pero tampoco se le vio por debajo del resto.
Lateral por las circunstancias
Su estreno en Primera
División no se demoró mucho. La temporada siguiente, en un partido frente
al Deportivo de la Coruña en El Sadar, Oier saltó al
terreno de juego sustituyendo a Monreal, lesionado. Ocupó el lateral
izquierdo siendo diestro, posición que no desocupó hasta la recuperación de su
dueño habitual. Tanto Ziganda como Camacho, tras ser destituido el
primero, contaron con el canterano para cubrir la baja de Monreal por delante
del recién fichado Tiago Gomes, un lateral izquierdo puro que no llegó
a debutar con Osasuna.
Múltiples heridas de guerra
Esa misma campaña
depararía el primer contratiempo de su carrera: en febrero de 2009 se
rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda, lo que no le
permitió jugar más de 13 encuentros. El curso siguiente la mala suerte se
volvió a cebar con él: rotura del ligamento lateral interno de la
rodilla derecha y tan sólo 12 partidos jugados. A su vuelta, ya en el
curso 2010-2011, se fracturó los huesos propios de la nariz, y tan
sólo vistió la zamarra rojilla en 3 ocasiones. Tres temporadas nefastas
marcadas por la mala suerte que llevaron a la dirección deportiva y al propio
jugador a considerar la opción de salir cedido, con el objetivo de
recuperar confianza en sí mismo y progresar en su carrera.
Cesión al Celta
En verano de 2011 Oier
fue cedido al Celta de Vigo, un equipo puntero de Segunda División en el
que tendría que pelear mucho para ganarse un hueco. Y vaya si lo hizo: tras
superar una lesión muscular, se convirtió en el dueño del eje de la
zaga. La posición de central era nueva para él, pero tras su paso por
tierras gallegas la añadió al curriculum. Se convirtió en un héroe en
Balaídos, en un jugador con un carácter especial que cumplía con solvencia
en todas las posiciones que llegaba a ocupar. Su opción de compra de tres
millones de euros era inasumible para el Celta, por lo que regresó al equipo de
su tierra para hacerse con un hueco, por fin, en el once.
Oier vistiendo la camiseta del Celta | Fotografía: farodevigo.es |
El retorno de Oier
Su
regreso a Osasuna fue el esperado.
Los dos entrenadores con los que se topó en Primera División (Mendilibar y Javi
Gracia) contaron con él de manera indiscutible. Pese a que con el primero cató
en varias jornadas una nueva posición, la de media punta, su
lugar habitual fue el centro del campo, donde su despliegue físico y su
pundonor le hicieron imprescindible en tareas defensivas.
El descenso del equipo
a Segunda División, la retirada del capitán Patxi Puñal y la
salida de una buena cantidad de jugadores veteranos le dieron la oportunidad
de adquirir galones y peso dentro del vestuario, convirtiéndose en segundo
capitán tras Miguel Flaño. Pero la mala suerte con las lesiones que se cebó
con él años atrás demostró estar tan sólo aletargada. En la primera jornada de
la temporada 2014-2015 se rompió el ligamento cruzado anterior de la
rodilla derecha. Su tercera lesión grave de rodilla, que le mantuvo
apartado de la competición hasta el tramo final de la temporada.
Sin embargo, Oier
regresó antes de lo esperado para ayudar a Osasuna en su lucha contra
el descenso a 2ªB. Tanto con José Manuel Mateo como con Enrique
Martín ocupó un puesto en el lateral de la zaga y fue imprescindible
para la salvación del equipo, llegando incluso a anotar un golazo crucial
frente al Albacete en El Sadar.
Oier celebra su gol frente al Albacete | Fotografía: Rodrigo Jiménez [UGS Visión]. |
Indiscutible por sus condiciones
La temporada pasada
fue un indiscutible para Enrique Martín, y un pilar fundamental del
bloque que logró el ascenso. Comenzó en el centro del campo y fue
retrasando su posición hasta el carril derecho. En esta temporada fue cuando el
propio Martín acuñó la ya mítica frase “Oier y 10 más”, para
referirse a la vital importancia del de Estella en el equipo.
Si algo está claro es
que Oier no es un jugador de sobrada técnica. Pero a él no le hace falta: su
entrega, su pundonor, su coraje y sus “arrestos” le hacen ser un fijo del
equipo. Es puro ADN osasunista, un gladiador de la tierra, un
soldado del viejo Reyno que jamás da una batalla por pérdida. Un luchador
que se curtió en Vigo, donde llegó siendo un joven imberbe y de donde volvió
siendo un hombre. Sus barbas de náufrago y sus cicatrices de guerra son muestra
de que ha vivido lo más crudo del fútbol. Es un caballero sin pelos
en la lengua, de los que no tiran de tópicos cuando tiene un
micrófono delante.
Tiene plena confianza
en Osasuna y en sí mismo, conoce sus puntos débiles y explota al máximo
sus virtudes. Es capaz de generar faltas a favor de la nada gracias a su
capacidad para proteger el balón. No será un futbolista por el que se interesen
los equipos más grandes del mundo, pero es un hombre de equipo. Un
fruto de Tajonar que evoca a gente tan importante como Cruchaga o Puñal, un
capitán en mayúsculas. Oier encarna los valores de Osasuna. Osasuna
es Oier. Oier es Osasuna.
Fotografía: UGS Visión |
Comentarios
Publicar un comentario