Fuente: Osasuna.es |
La fecha del pasado domingo, 10
de septiembre de 2017, es para guardar. Se convirtió en una fecha histórica, un
día para el recuerdo rojillo. El primer equipo de la Fundación Osasuna Femenino
jugó, por primera vez en la historia, en el estadio El Sadar. Y, además, lo
hizo en su debut en casa en Segunda División y goleando. Nada menos que un 7-0
le endosó a su rival, el Pradejón. Las rojillas convirtieron una mañana
desapacible y lluviosa en una jornada festiva.
El partido de Osasuna Femenino en
El Sadar se enmarcaba dentro de los actos de celebración del 50 aniversario del
feudo rojillo. De esta manera se daba un reconocimiento tanto al estadio, como
al fútbol femenino, tan maltratado día a día. Ojalá las jugadoras navarras
puedan disputar más encuentros en el coliseo, ojalá fuese su estadio local
siempre. Pero el mantenimiento que necesita el césped para soportar partidos
todas las semanas lo hace bastante poco viable. De todas formas, no sería nada
descabellado apostar por que El Sadar fuese el estadio de los primeros equipos
de Osasuna.
Porque sí, las chicas que jugaron
el pasado domingo también forman parte del primer equipo, el primer equipo de
la sección femenina. El mensaje que Osasuna les dejó en el vestuario, a cargo
de Roberto Torres, fue un bonito detalle. Sin embargo, el firmar como “el
primer equipo” no fue lo más acertado. “El primer equipo masculino” sería lo
más correcto.
Ojalá este partido sirva para
derribar tabúes en torno al fútbol femenino, tabúes que en pleno 2017 siguen
existiendo. Todavía se me revuelve el estómago cuando recuerdo al infame Patxi
Izco afirmando que el fútbol femenino es antiestético. En los últimos tiempos
se ha dado un paso adelante retransmitiendo por televisión en abierto la máxima
categoría de este deporte, además de competiciones continentales e
internacionales. Es sólo un paso para dotarlo de presencia, pero queda
muchísimo por delante. En este fútbol negocio, hace falta que haya empresas que
inviertan su dinero en patrocinios para que los equipos puedan progresar
técnica y físicamente. Pero, sobre todo, hace falta afición, eso que mueve al
fútbol. Hace falta una masa social fuerte, una masa que anime y apoye al equipo
en todo momento, que se interese por los resultados, por las jugadoras y por su
actualidad. Hace falta derribar el machismo que hace a algunos valorar a las
futbolistas por su físico antes que por su talento, erradicar los comentarios
de machistas y babosos que hay que soportar cada vez que se intenta disfrutar
de un partido femenino. Apoyemos al primer equipo femenino igual que hacemos
con el masculino.
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